Organiza viajes y talleres fotográficos por Nepal y Namibia para el otoño


Has recorrido durante tres meses la región de Cachemira en la India y después el Himalaya. Elige una primera foto de esta expedición y coméntala.

Viajar por mi cuenta me permite dedicarle a un tema el tiempo que yo considero necesario, sin las presiones del límite de tiempo que tienen los viajes de prensa, demasiado organizados, con poco o ningún margen de improvisación y siempre demasiado cortos para tratar el reportaje en profundidad.

El pasado otoño decidí juntar tres meses y marcharme a India y Nepal sin prisas, realizar un viaje por lugares que no conocía como la región de Cachemira y Punjab, volver a Nepal para visitar de nuevo la región del Khumbu y recorrer lugares como los parques nacionales del Terai y el Santuario del Annapurna. Siempre que puedo viajo con un plan y un calendario aproximado de lo que será el viaje, pero dejando tiempo para la improvisación, muy importante cuando se viaja por cuenta propia. El primer plan de viaje era llegar a Leh, la capital de Ladakh, y una vez allí contratar un guía y los caballos para portear el equipo y atravesar las montañas de Zanskar hasta la polvorienta aldea de Padum, la capital de la región en un cruce de valles y caminos. Pero una vez allí, los ríos bajaban con un caudal considerable y la ruta que habíamos escogido se encontraba irrealizable. Tuvimos que improvisar y escoger una ruta totalmente diferente y entrar a Zanskar por el noroeste, a casi 100 kilómetros de Leh.

En la fotografía, una caravana de caballos asciende por el puerto de Singey La, a 5.050 metros de altitud. Para mí es una imagen que representa muy bien lo que fue el recorrido por Zanskar: estrechos senderos, puertos y collados a más de 4.000 metros y, de fondo, el paisaje desértico y desolador de la alta montaña. Una región que solo se puede recorrer a pie tal como se viene haciendo desde hace siglos. Las caravanas de mulas y caballos son la única manera de aprovisionar las aldeas.


También estuviste en el Santuario del Annapurna en Nepal. ¿Puede reflejar una foto o un reportaje la vivencia religiosa de aquel lugar?

Hace tres años estuve recorriendo en Nepal el circuito del Manaslu y el de los Annapurnas, pero me faltó tiempo para visitar el Santuario del Annapurna, un valle muy profundo por el que se accede directamente al campo base de la cara sur. Desde allí se tienen estupendas panorámicas del perfil afilado del Machapuchare (6.997m), una montaña sagrada a la que está prohibido ascender y una de las más bellas de esta parte del Himalaya. En el camino solo hay pequeñas aldeas, y el único monasterio por el que pasé era nuevo y con poca actividad en esos momentos.

Donde sí pude captar bien la esencia religiosa fue en el viaje por Cachemira, en los rezos diarios de las mezquitas de la ciudad musulmana de Srinagar, en las ceremonias de los monasterios de Ladakh y en las aisladas gompas de Zanskar, de donde es la imagen del joven monje estudiando en la escuela budista del monasterio de Karsha, a 3.600 metros de altitud. Es una región bastante remota, quedándose los pueblos y los monasterios aislados durante el duro invierno. Cuando se cierran los puertos de montaña debido a la nieve, la única vía de comunicación entre Zanskar y Ladakh es la superficie helada de los ríos, varios días de caminata por el hielo durmiendo en refugios improvisados en las cuevas excavadas en las orillas.


Has realizado también en este viaje un reportaje sobre las mujeres viudas de Katmandú. Nos gustaría conocer tu experiencia personal con este trabajo. ¿Es posible que la India supere en este siglo la frontera de las castas?

En principio, el sistema de castas está abolido en la sociedad india y nepalí, pero la dura realidad es que se sigue utilizando y continúa teniendo gran relevancia. A través de la ONG Namaskar descubrí la difícil situación de las mujeres viudas en uno de los barrios más pobres de Katmandú, el distrito 18.

Cuando una mujer pierde a su marido, muchas veces es rechazada por la familia de éste y obligada a dejar el hogar. De repente, si no le queda ya familia, se encuentra abandonada en la calle con varios hijos de los que cuidar. Por si fuera poco, según alguna oscura superstición, muchos creen que las mujeres viudas dan mala suerte, por lo que se niegan a alquilarles una vivienda, darles trabajo o ayudarles en lo más esencial. Muchos se aprovechan y explotan a estas mujeres, dándoles los peores trabajos, los peores sueldos e incluso convirtiéndolas en víctimas de abusos sexuales. Pierden sus derechos y son rechazadas por la sociedad. Con el apoyo de Namaskar y las pequeñas ayudas que la asociación consiguió canalizar, se creó el proyecto “La Casa de las Viudas” en Katmandú. Un lugar donde las viudas son bien acogidas, se les ayuda a encontrar un trabajo, una vivienda y a escolarizar a sus hijos.

Durante varios días pude visitar el centro, donde se dan clases de alfabetización a las mujeres que lo necesitan, acompañé a varias de las viudas a sus trabajos y pude fotografiarlas en la intimidad de su “hogar”, pequeñas y oscuras habitaciones alquiladas, algunas de ellas con tan solo una cocina, un armario y una cama que comparten la mujer y sus hijos. Todas ellas tienen detrás una historia terrible que contar. Algunas de ellas se encuentran todavía bastante afectadas emocionalmente, pero poco a poco, con ayuda, están logrando recuperarse y salir adelante.


Colaboraste como fotógrafo invitado en el primer libro de la colección “FotoRuta” de Javier Sánchez  (“Foto a Foto 01”) que la próxima semana verá a la luz su 2ª edición junto al lanzamiento del nuevo título “Foto a Foto 05” de David Santiago. ¿Cómo surgió esa foto que ha recibido tantos premios?

Esta fotografía supuso todo un reto. Iban a ser 15 días de trekking por una de las regiones más remotas del planeta, el glaciar Baltoro, en la cordillera del Karakorum, Pakistán. Durante el tiempo que durase la expedición hasta el campo base del K2, tendríamos que ser autosuficientes, no habría ninguna aldea por el camino, y para recargar las baterías del equipo llevaba una pequeña placa solar que al final resultó ser de muy buena ayuda.

Llevaba poco tiempo con mi primera cámara digital (Nikon D200) y algunas noches antes hice varios intentos parecidos para sacar el campamento iluminado con las montañas y el cielo nocturno, pero sin buenos resultados. La fotografía está hecha en el campo base del Broad Peak, a casi 5.000 metros de altitud. Después de cenar en la tienda comedor, la gente se fue retirando a dormir. Cuando salí al exterior, me encontré con que la luz de la luna llena iluminaba los glaciares y la cumbre del K2, mientras que las tiendas estaban iluminadas por dentro con las linternas de los compañeros que se disponían a dormir. Fui corriendo a por el trípode, coloqué la cámara y saqué varias fotografías seguidas con distinta exposición. La luna llena ascendía y la sombra de las tres cumbres del Broad Peak se movía deprisa sobre las laderas del K2.

Recuerdo que el frío era tremendo, por debajo de los diez grados bajo cero, y cada vez que me quitaba el guante para apretar el disparador o comprobar la fotografía, la mano se quedaba congelada. Los pies, ni los sentía. Pero valió la pena. Esta imagen es una de mis favoritas; refleja muy bien lo espectacular que es ese paisaje, el glaciar Baltoro, uno de los lugares más inhóspitos y perdidos a los que he tenido la suerte de viajar.


Preparas un próximo taller fotográfico en Nepal, que has anunciado en Facebook. ¿Podrías comentar los aspectos más relevantes de este curso y a quién va dirigido?

Hace ya tiempo que me rondaba en la cabeza preparar un viaje fotográfico, compartir mi experiencia en algún lugar rodeado de la naturaleza más salvaje y los paisajes más espectaculares. Y uno de los primeros lugares que me vinieron a la mente fue la región del Khumbu, a los pies del más grande, el Everest. He estado en dos ocasiones, y salvo en el Baltoro del Karakorum, en pocos lugares de la Tierra tenemos tal enormidad de grandes cumbres, glaciares y profundos valles. Para el amante de la montaña, la naturaleza y el paisaje, el trekking del Everest es una experiencia única, la mejor forma de adentrarse en el corazón del Himalaya. Contemplar a más de 5.000 metros cómo la última luz del atardecer se apaga en la cumbre del Everest (en la imagen), vale por todo el cansancio acumulado para llegar a ese momento tan especial.

Por el momento he preparado tres viajes fotográficos para este otoño. En septiembre Namibia, que espero anunciar muy pronto. Un país al que he viajado en varias ocasiones y que he recorrido a fondo, siempre lleno de sorpresas. Un taller fotográfico ideal para el amante de la fotografía de naturaleza. En octubre y parte de noviembre, dos talleres en Nepal. El primero centrado en el trekking del Everest, finalizando en el campo base. Y en el segundo taller, el mismo trekking, más corto e incorporando unos días de safari fotográfico en las selvas del Parque Nacional de Chitwan, un santuario para el rinoceronte indio y uno de los últimos refugios para el tigre de Bengala en Nepal. Los cursos están concebidos para todo el mundo, tanto para el viajero o aficionado a la fotografía que quiera a prender a sacar un rendimiento óptimo a sus imágenes, aprender o mejorar su nivel de conocimientos en la fotografía de viajes y naturaleza, como para el fotógrafo profesional que quiere conseguir las mejores imágenes en los lugares más idóneos para ello con las luces más apropiadas.

Se puede encontrar más información en el blog creado para los talleres fotográficos: www.talleresfotografiadeviajes.blogspot.com.es


CV Enrique López-Tapia – www.enriquelopeztapia.com

Especializado en fotografía de viajes y naturaleza, Enrique López-Tapia ha recorrido los lugares más recónditos de nuestro planeta, siendo su debilidad los paisajes más extremos. Los desiertos, las selvas, los volcanes y la alta montaña se encuentran entre sus preferencias a la hora de preparar un viaje.

Ha publicado en las principales revistas especializadas de nuestro país: Siete Leguas, Altair, Lonely Planet, Rutas del Mundo, GEO, Viajar, Gentleman, El Viajero de El País, El Mundo, Yo Dona, Digital Camera, El Semanal, El Dominical, Paisajes desde el tren, Conde Nast Traveler, HOLA, Photo, World Heritage, Viajes National Geographic, etc.

Ha colaborado con organismos internacionales como la Unesco y realizado reportajes fotográficos para diferentes ONG como Ayuda en Acción y Médicos del Mundo. Actualmente sus imágenes forman parte del archivo de varias agencias de prensa tanto a nivel nacional como internacional.

11 COMENTARIOS

  1. Me encantaría tener la oportunidad de compartir ese viaje. Enhorabuena por tu trabajo. Me gustaría colaborar en el proyecto FotoRuta.

  2. Ya me gustaría poder estar en uno de tus viajes de montaña. Aunque ahora no es el momento no descarto la posibilidad de realizarlo en alguna ocasión. Admiro tus fotos y «envidio» tu forma de vivir. Enhorabuena y mucha suerte!!!

  3. Felicidades, Enrique por esas fotonas con las que nos has deleitado. Me apunto a la opinión de Javier Sánchez, ganas de un viaje de esos y envidia sana, eso si. Tu trabajo es digno de admiración.

  4. Impresionantes lugares, fabulosas fotografías y una espléndida manera de relatar tus experiencias. Enhorabuena y gracias por compartirlas con todos nosotros.
    Visitaré tu página y tu blog con frecuencia para estar informado de esos magníficos talleres de fotografía que organizas.
    ¿Para cuándo el próximo?

  5. Creo sinceramente que Enrique no es un fotógrafo sino un genial artista. La fotografía no vale por lo que muestra, bello o no, sino por la capacidad de generar un mundo de emociones en el espectador, un conjunto de emociones y sensaciones que impiden apartar la mirada de la imagen, y esto es algo que ocurre con la mayoría de las imágenes de Enrique.Mirar fijamente hacia el K2 y sentir como se te eriza la piel a miles de kilómetros, solo puede hacerse a través de una obra genial como la de este artista. ¡Enhorabuena!

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