De Buenos Aires, donde reside actualmente después de vivir 6 años en Israel. Es arquitecta,  estudió pintura con Juan Doffo  y desde el  2000 está dedicada a la fotografía.  Ha expuesto su trabajo individualmente en Buenos Aires, Haifa, Tel Aviv, Madrid y Nueva York y  participado en numerosas exposiciones en Argentina, Israel, España y Estados Unidos.


Tu camino cruza el umbral de la pintura a la fotografía. Cuando visité tu obra gráfica me llamó la atención el capítulo titulado “sueños” y especialmente la primera o última foto. ¿Reflejan cualquiera de estas dos fotos ese paso del pincel a la cámara?

Creo que toda mi obra en color transita ese umbral de la pintura a la fotografía. Tengo incorporado el tema del color por haber pintado toda mi vida, y aún siendo dos lenguajes completamente diferentes, mi búsqueda en fotografía pasa más por considerar la cámara y la edición posterior una herramienta artística al mismo nivel que los pinceles.

La serie “sueños” que mencionas, se acerca quizás más al lenguaje fotográfico, ya que en su edición utilicé herramientas inherentes al medio fotográfico, como el negativizado y el viraje.

Durante tu estancia en Haifa (Israel) viviste en un barrio que se llamaba “Hija de las olas”. Y la calle de tu casa en Buenos Aires se llamaba “La Nave”. Elige y comenta una foto que refleje esa ilusión “por la magia de embarcarse a un rumbo desconocido”.

Siento una conexión muy especial con el agua, y en especial con el mar, aun cuando en Buenos Aires no hay mar. Haber vivido en Haifa, frente al Mar Mediterráneo fue vital para mí. Allí surgió entre otras, la serie “naves” que incluye esa idea de embarcarse con rumbo desconocido, quizás también la añoranza, la esperanza de la partida y la llegada…La idea fue captar la atmósfera especial de cada hora del día, y con condiciones distintas de clima, y creo que las tomas nocturnas son las más mágicas.  Esta es mi preferida, fue una de las primeras, toma directa con cámara analógica sin ninguna edición posterior.

Como editor te descubrí y fue la causa de buscar tu obra y esta entrevista, viendo la foto de un libro. Resulta un objeto difícil de fotografiar aunque para todos resulte un compañero de viajes y vidas nuevas. ¿Qué querías reflejar en esta foto?

Para mí los libros son objetos llenos de luz propia, y esa fue la primera idea con la que trabajé: que en las imágenes irradiaran su luz. Pero además, como esos libros fueron rescatados de la calle, y en lenguas desconocidas para mí, también quise registrar la experiencia emotiva y sensorial del simple acto de abrir un libro y saber que allí, habrá un encuentro, una memoria, un viaje o un espejo, aún en un idioma que no comprendemos.

Todavía te arrepientes de haber roto tu primer poema, escrito en la primera juventud. Escoge una foto tuya  y un poema que puedan vivir en sintonía o por contraste.

 Quizás ya no…dejo las palabras a los poetas. Me gustaría que mis imágenes sean poéticas por sí mismas.

 ¿Hay algún fotógrafo que admires especialmente y que siga siendo referencia en tu trabajo?

¡Tengo muchos fotógrafos que admiro!  Pero si tuviera que elegir sólo uno, sería Harry Callahan.

Nota del Editor:
Harry Callahan (1912-1999) es uno de los fotógrafos norteamericanos más influyentes de la segunda mitad del S. XX. Después de asistir a una conferencia y un taller de Ansel Adams en 1941, se dedicó a la fotografía. Enseñó en el Instituto de Diseño de Chicago. En la segunda fotografía aparece uno de sus temas recurrentes, su mujer y su hija, Eleanor y Bárbara.

Y para cerrar este encuentro ¿podrías contarnos tus proyectos actuales en el campo de la fotografía?

Estoy trabajando en un proyecto que llamo “escrituras naturales”, una exploración de las formas de la naturaleza como una especie de escritura. Mi sueño es poder editar un libro sobre árboles.

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí